El término educación
sexual se usa para describir
el conjunto de actividades relacionadas con la enseñanza, la difusión y la
divulgación acerca de la sexualidad humana en todas las edades del desarrollo,
el aparato reproductor femenino y masculino, la orientación sexual, las relaciones
sexuales, la planificación familiar y el uso de anticonceptivos, el sexo
seguro, la reproducción y, más específicamente, la reproducción humana, los
derechos sexuales y reproductivos, los estudios de género y otros aspectos de
la sexualidad humana, con el objetivo de alcanzar una satisfactoria salud
sexual y reproductiva.
La educación sexual sobre la reproducción describe el
proceso en el cual nace un nuevo ser humano, lo cual incluye: el embarazo, la
fecundación, el desarrollo del embrión y del feto, y el trabajo de parto.
Generalmente también incluye temas como las conductas
sexuales, las enfermedades de transmisión sexual (más apropiadamente llamadas
infecciones de transmisión sexual).
Su prevención (sexo seguro), el uso y funcionamiento de los
diferentes métodos anticonceptivos y la interrupción del embarazo o aborto.
Definir la sexualidad
humana desde una perspectiva científica y describirla desde un punto de vista
genético, hormonal, fisiológico, anatómico o legal es útil e interesante, pero
se considera insuficiente para entenderla si no se atiende también a factores
psicológicos, sociales, antropológicos y culturales (entre los que están los
éticos, los morales, los políticos, los religiosos) y los emocionales).
La sexualidad humana es heterogénea y compleja, pues va
mucho más allá de la mera reproducción y el coito.
El comportamiento sexual humano se dirige a la satisfacción
de pulsiones sexuales (libido), a la obtención de placer y a una necesidad de
relación íntima. Abarca todas las edades del desarrollo y permanece hasta la
vejez, y constituye un ámbito fundamental de realización y satisfacción para
las personas en el encuentro con otros y consigo mismo.
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